jueves, 9 de agosto de 2012

Reflexiones de última hora

Ahora sí. Esto de cambiar cada día de parecer es genial.
Al menos he aprendido de todo esto a cambiar solo para bien, pero en fin, cambiar de parecer supone reflexionar sobre la nueva situación y esta situación es muy rara.

Aviso, desconocidos: Voy a tratar de ser ambiguo, solo trato de desahogarme.

¿Pero quién ha sido el más ambiguo aquí? ¿De qué ha servido ser ambiguo?
¿De que ha servido machacar corazones? ¿Nos ha servido para hacernos sentir mejor?
A mí, al menos, no. Es más, espero no haberlo hecho y eso es lo peor, que puede que lo haya hecho, inconscientemente.

Como dice la canción de Savia, el desprecio fue quizás tu manera de ayudar, y esa fue mi suerte, mi desencanto, mi salvación. El desprecio ajeno. No hay algo con lo que haya podido aprender más, con algo tan doloroso como el desprecio de la persona que más has amado en esta maldita vida.

Pero ahora, ¿qué? ¿Ya no hay nada más?
Puede que no haya nada más, puede que por mi parte un día dejase todo claro, puede que todo siga en pie, puede que se haya derrumbado.
Puede que siga esperando y sea lo suficientemente optimista para que no me importe un no por respuesta, por lo que se podría deducir que ya no importase nada, o eso quisiera aparentar.
Puede que no quiera aparentar nada.

Puede que mi vacío esté lleno de nuevo, puede que nada lo pueda llenar igual, pero no me importe, ya que dejando ese vacío he tapado miles, o puede que no. Puede que siga aquí, como dije, en un charco de cacota.

Puede que ahora mismo esté feliz.
Puede que esté escribiendo esto llorando. ¿Te lo creerías? Yo tampoco. Igualmente, ¿por qué no?
Puede que esté anímico desde aquel día, o puede que nunca haya estado igual.

La pregunta es: ¿Te importa? ¿Te debería importar? ¿Por qué no?
Y si te importa, simplemente: ¿Por qué? ¿Por qué todo?

¿Acaso esta odisea, esta jodida locura ha tenido sentido alguno? Para mí sí.

Nunca podré volver a amar a alguien que no se deje amar. A menos que se me crucen los cables y me apetezca destruirme.

Y no hay nada mejor que dejarse querer un poco.

Puede que con esto no quiera decir nada; puede que esto signifique más de lo que parece.
La pregunta es: ¿Te importa? Averígualo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario