viernes, 28 de diciembre de 2012

Llueve

He empezado a escribir esta entrada haciendo rimas, pero no me ha convencido para nada, así que preferiría expresarme de otra manera.

Hay algo muy oscuro en mi mente.
Algo que no se dispone a salir fácilmente (¡Mierda! Hoy estoy muy poético, por lo que veo).

Pero tengo toda la razón... Estoy perturbado.

Llevo unos días buscando la oscuridad donde antes pobló la calma, y poco a poco estoy encontrando el camino; el camino a la oscuridad. Se ve que el camino hacia la luz pasa de visita por la oscuridad, pero me he quedado sin combustible para llegar al final.
Una parada de emergencia no hará daño; no mucho.

En el motelucho donde se alberga mi corazón se ha quedado a dormir un señor muy típico. Es ese típico señor que nunca lo reconoces por la calle, hasta que te golpea su presencia y lo distingues.
Cómo no reconocerlo, si todo el mundo lo reconoce, aunque nadie se llega a fijar a tiempo en su presencia.

Y el Sr. Miedo se quedó a dormir a mi lado y nadie dijo nada, ni nadie lo notó.

Suaves ronquidos ajenos me despiertan de mi neblina psicológica y encuentro, si no me equivoco, el motivo principal de mi reciente apatía. No hace falta ir hasta su habitación para encontrarlo. Sr. Miedo está bien apalancado en este motel, y parece que haya pagado para permanecer, con motivo aparente.

Dicen (y mucha gente dice que dicen) que el ser humano es el único ser (¿En serio dicen el único ser? Queda muy feo...) que tropieza dos veces con la misma piedra. Ese es el motivo principal de mi caos.

Le tengo miedo al amor.
Sí, sí. He llegado a esa conclusión.

No es raro, cuando uno encuentra a una persona que le llena en todos los sentidos. El amor, una vez, fue mi perdición, aunque realmente no lo llegué a entender del todo bien.

¿Me enamoré desde un principio, o por miedo a perder?

Y es que es obvio, que cuando algo no te llena, pero no te queda más, solo te puedes aferrar, hasta el momento en el nuestra inanición amorosa se previene solo con mierda. Resumámoslo como mierda, porque el tema ya está muy hablado.

Aquella vez parecía más la segunda opción. Siempre pensé que mi primera vez sería la última, pero no. Muy necio fui para no ver a toda la gente que me quería, y tal vez sea ese otro problema: ¿Por qué tiene que quererme más de una persona?
Uno sigue los impulsos que nos pide el cuerpo, pero no implica que todos estén a tu nivel, no. Es muy difícil que estén a tu nivel, pero los impulsos me electrizan y no pueden ser evitados.

No toda la gente hace sentir lo mismo, y no quito importancia a nadie, pero no. No, no, no no no, joder, no.

Señor Miedo vino por un motivo muy claro: Me hizo pensar en mis errores, y en que tengo que prevenir si no quiero acabar haciendo heridas difíciles de curar. Estos problemas no los puede arreglar él, ni yo, sin ti.

[...]

Y la curiosa pregunta que acabará con mi apatía, sea cual sea tu respuesta, es:
¿Serás capaz de odiarme, si lo he empeorado aún más?

Dime que sí, que el amor tiene un límite.
Dime que no, hazme un iluso y luego rómpeme el corazón; ya me lo hicieron una vez.

No me importa tu elección, pero dime.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Nuestra propia tra(d)ición

¿Recordáis aquella mano que no disteis?
¿Recordáis aquellas dos palabras que nunca os atrevisteis a pronunciar?
¿Recordáis aquella opción que, por inusual, dejasteis atrás, hasta el punto de intentar olvidarla?

Recuerdo aquel 3º de Primaria, y aquella chica que me seguirá odiando, por haber sido un imbécil con ella, cuando se confesó aquel día... Aquella chica que me encantaba y todos parecían odiar. Cuando me dijo que me quería, y me comporté como un idiota.
Y da igual que tuviese diez años menos; podría haber sido de nuevo tan estúpido si nunca me hubiese pasado aquello.
La insensatez va ligada a la inmadurez, lo cual me hace pensar que hay mucha gente que, por insensata, aparenta inmadurez. Muchos podrán decir que la madurez va ligada a la edad, cuando yo atribuyo esta afirmación al hecho de que, a medida que pasa el tiempo, más oportunidades se van cruzando en nuestro camino.

¿Nunca habéis pensado bien por qué no disteis aquella mano?
¿Nunca habéis pensado bien por qué no os atrevisteis a pronunciar aquellas dos palabras?
¿Nunca habéis pensado bien por qué dejasteis atrás aquella opción tan alejada de la ética social, y intentasteis olvidarla?

¿Nunca os habéis planteado por qué todos estos errores nos atormentan en aquella noche en la que intentamos no pensar? La pesadilla presueño empieza en el momento en el que tocamos la cama, y ahí están: Esa mano vacía, esas dos palabras, esa opción...
Luchamos; luchamos contra nuestra mente.
No, no podemos llorar; está olvidado.
Tenemos que volver a apartar nuestros errores al subconsciente; allí durarán unos días más enterrados.

Seguimos con nuestro día a día. Al fin y al cabo, la vida sigue, y tenemos que adaptarnos a unas nuevas circunstancias que, aunque puedan recordarnos a nuestro pasado, no deberían, ya que hemos superado nuestros errores; sin pensarlos, sin llorarlos, sin solucionarlos.
Y resulta que, aunque intentemos hacer frente a este día a día, de nada sirve, si tiene tanto en común con nuestros peores recuerdos, porque nos recuerdan a ellos.

De nuevo, en nuestra cama, allí están: Aquella mano, aquellas palabras, aquella opción y nuestra situación actual, que tan parecida es a cualquiera de estas tres primeras.


"¡NO! ¡No pienso llorar! ¡NO!"
"Aquello ya ha pasado. ¿De qué me sirve pensar en el pasado?"

[...]

Pues tal vez, para mejorar.
Siempre fui una persona cerrada. Tendí a tener en secreto cada pequeño tormento que poblaba mis pensamientos. La gente solía decir que yo era una persona en la que se podía confiar; como una caja de secretos: Podías soltar tus peores pesadillas, porque yo iba a guardarlas en lo más profundo de mi ser, junto a las mías. Nadie iba a tocarlas en aquel lugar tan apartado de la realidad. Pero...
Muy poca gente confiaba en una persona que no confiaba en los demás.

Esa persona siempre se preguntaba el por qué la gente parecía caminar siempre por la acera que él no caminaba, hasta que descubrió que el problema no lo tenían los demás.

¿Cómo iba a confiar en los demás, si no era capaz de confiar ni en él mismo?

¿Por qué el chico aquel no dio aquella mano?
¿Por qué el chico aquel no se atrevió nunca a pronunciar aquellas dos palabras?
¿Por qué el chico aquel intentó olvidarse de lo que le dictaba el corazón, cuando sabía que era una estupidez intentar olvidarse de aquello?

¿Por qué aquel chico no podía confiar ni en él mismo?

Miedo.

Porque cuando el miedo se apodera de nosotros, dejamos de ser nosotros, para convertirnos en nadie. Ni pensamos, ni dejamos pensar. Y es así, porque afectamos a los demás, dejando de mostrarnos.
De lo único que me ha servido apartar mis miedos toda mi vida entera ha sido para seguir metiendo la pata constantemente, sin buscar solución alguna. No se puede ganar sin creer que se puede ganar. No siempre. Puede que algún día nos libremos, pero esos miedos enterrados (esas sombras tenebrosas) van a seguir ahí hasta el día que estemos dispuestos a reventarlos. De nada más me ha servido guardar cada pequeño trauma que para darme cuenta de la estupidez que estuve cometiendo.

Hace unos meses, yo pude haber dejado de creer en el amor. Pude haber pensado que todas las chicas son iguales. Pude haberme convertido en un repelente superficial, y haber seguido viviendo solo de lo carnal.
Pude, pero... No tuve miedo a seguir, a afrontar el terror y el dolor.
Y no solo esto, sino que comprobé que cada una de mis meteduras de pata fueron causadas por esa terrible palabra de cinco letras: Miedo.

No puedo decir que sea un experto jugador de cartas, pero sí puedo afirmar que mis peores errores me han enseñado a jugar cada una de las cartas que entran en mi juego, hasta el punto de dejar de convertirse en peores recuerdos, para pasar a ser experiencia y bonita nostalgia.

Romped esa calma, pues. Esa calma que provoca ansiedad, ante la incertidumbre del qué pasará.
Pisad el miedo, acercaos a un oído dispuesto a escuchar y decid te quiero.
Decidle a esa persona que os provoca un malestar, el motivo de este, pero recordad...

La empatía es algo muy importante, y no se puede carecer de ella a la hora de actuar.

[...]

Y seas quien seas, recuerda que, aunque pierdas a una persona, siempre tendrás a tu familia, a tus amigos y a mí. Puede que para ti, yo no sea nadie, o puede que sea alguien importante. Puede que incluso sea imprescindible en tu vida, pero, recuerda que, mientras yo te tenga un mínimo aprecio, estaré dispuesto a demostrarte que tu soledad es simplemente relativa.


So you think you can tell,
heaven for hell...
courage for fear?

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Repulsivi-(so/su)ciedad

¡Sorpresa sorpresa! Mi espalda auguraba mal tiempo; por eso me duele de hace tanto.
Y no, no hablo de mi vida. Por desgracia, no puedo arreglar el mundo.

¿Qué puedo hacer?

[...]

Contemplar la memez ajena.

¿Acaso existe algo más divertido que ver cómo se equivoca la gente que merece equivocarse?
Y sí, todos merecemos equivocarnos, porque todos somos imperfectos.
Todos tenemos el derecho de equivocarnos, pero no me refiero a eso.

Y mi última pregunta era pura ironía. Es tedioso ver como cada uno de los borregos (y orgullosos de serlo) se equivoca contigo y te demuestra, de nuevo, que hasta la gente que aparenta tener una chispa de luz dentro de su cabeza, la tiene fundida la mayoría de veces.

Me pregunto cómo sería una sociedad que solo se pareciese a la palabra suciedad por la letra u.
Me pregunto cómo sería todo si la gente fuese más versátil, o más permisiva, o como queráis llamarlo.
¿Acaso sería la perfección? Pues algún defecto tendría una sociedad tan utópica, pero dudo que llegase a tener los defectos que tiene esta.

La mayoría de nosotros sufre por no ser aceptado entre los demás, pero... ¿Por qué ser aceptado por un rebaño donde todos visten de la misma lana y todos cagan en el mismo corral?

¿POR QUÉ COÑO SENTIRSE ORGULLOSO DE ELLO?
A ver, a ver... ¿Estamos locos, verdad? Sí, estamos locos.

Voy a ser claro y conciso.
Se puede estar orgulloso de tener ganas de aprender, o de haberlo hecho, tanto estudiando como con la experiencia.
Se puede estar orgulloso de gustarse a uno mismo porque sí.
Se puede estar orgulloso de tener a unos amigos que te acepten siendo tú mismo.

De ser un puto borrego anormal, crítico de lo que los demás también critican, con un gusto pésimo de elección, basado en la opinión popular,
NO se puede estar orgulloso.

¿No lo entendéis? ¡NO!

Lo que no entiendo es cómo alguien que encaje con mi descripción no pudo anticipar el retraso mental que le causaría el hacerse la copia de una copia (Tal vez, un golpe al cerebro, en la infancia...).


Reasons, deep in me!
Reasons, let me be!
Reasons, let me bleed!
Reasons, set me free!
The reasons that we sin!

(Véase un nosotros como un yo; un pecado como cualquier cosa fuera de lo normal)

"Libre, en esta prisión."

sábado, 17 de noviembre de 2012

Secreto

Palabras ocultas que brotan de ansia.
Silencios que ocultan intenciones.
Intenciones que exaltan sentimientos.

Sentimientos fuera de control derraman su furia contra mi pálido cuerpo. Me hacen sentir lo que no siento, pedir lo que no debo... Soñar lo que no tengo.


Y me pregunto cómo puedes decir que eres el problema, cuando para mí eres la solución.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Testostirónica

Puede que algún día comprenda.
Puede que algún día cambie.
Puede que, simplemente, algún día me canse.

Y me pregunto el porqué de un guitarrista, que ha llegado a experimentar desde el dream pop más melancólico hasta el death metal melódico más avivador, más ansioso, tenga tantos problemas al intentar adentrarse en las raíces de la música.

Siempre me pregunto si la forma que tengo de sentir la música es tan incomprensible para los demás, cuando simplemente me apetece dejar fluir las notas, improvisar. Me pregunto si tan prohibido será intentar sacar sucesiones de acordes con un principio y un fin perfectamente marcados. Y es que cuando acaba dependiendo de mí, todas las canciones que nunca acabamos terminan en un final imperfecto, incluso a veces catastrófico, pudiendo haber acabado de una forma más... tónica.

Hechicera y provocadora de obras inacabadas, cada melodía que acaba desafinada me cierne en una oscuridad difícilmente descriptible. Compongo acordes sobre tu cuerpo de caoba, mientras tú vas adornando mi creación a base de tensiones, y cuando la música parece hecha para los dos, desenfreno una melodía creada a base de ansiedad (y otras palabras innombrables), pero mis dedos no corresponden a tus cuerdas; como si mis callos desapareciesen, y dejasen de permitirme sentir esa libertad... Y cuando me doy cuenta, el sentido común me dice que no cree melodía donde ya no hay acordes, que no me pierda...

Y la música se queda a medias y la noche se convierte en irónico misterio, y en novena, onceava y treceava a la vez.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Catastrófica dedicatoria al amor y la perdición - 0111XX

Y bueno... ¿Qué puedo decir que ya no sepas? Dos años... Eso debería decirte todo.
Dos años, con sus pros y sus contras, nuestras alegrías y nuestras desdichas, y aquí seguimos...

Seguimos en el mismo sitio físico que antes. Veinte kilómetros de distancia, pero...
Millones y millones de años luz de distancia es el vacío que ahora separa nuestros corazones.
¿Y qué, mi Belice? ¿Acaso importa ya?

Vale, pero a la tercera vez no será lo mismo...

¿Recuerdas mi primer ataque de ansiedad? Deberías de sentirte orgullosa. Fuiste la única persona que ha podido contemplar el único ataque de ansiedad que he tenido en mi vida, y la única que ha sido capaz de provocármelo. Después, todo volvió a ser tal y como deseaba. Pequeño error, caída al suelo y los brazos y las piernas peladas, pero nos reímos, y lo echaba de menos. No fue mi última caída, tampoco.

Y aquello fue lo que me ha dejado esta desconfianza en todo: El haber dado de mí mismo, hasta el punto de quemarme, pensando que las cosas iban a cambiar, que ibas a hacerme feliz de nuevo.

Maldita inocencia.

No me importa que ya no me quieras. De hecho, dudo que nunca me hayas querido de una forma incondicional. Lo tuyo, más bien, era como... Un culebrón romántico de los años cincuenta.
Un amor chapado a la antigua (no me explico porqué)¹, que servía más para poseer que amar.
Tu amor siempre fue más de dañar que de perdonar, y de desconfiar y recordar, y no saber luchar por lo que tuviste.
Nunca te diste cuenta de que fui un bonito tubérculo, ahogado por el odio que te enseñaron a tener los que siempre has amado.²
Nunca te diste cuenta de que la patata no se podía poseer, y te lo demostré.

Nunca te diste cuenta de que no, y reitero, NO PUEDES privar a una persona de amar a quien se le antoje. Nunca comprenderás que para que alguien te ame de verdad, tienes que ganártelo, y no exigirlo.

Lo que más me duele de todo esto es el hecho de tener días y días, y en unos de esos dos, me siento insignificante, y por mucho que alguien me diga que me quiere, vivo con ese miedo irracional que viví de que el día siguiente se levante con la otra pierna y deje de importarle, tal y como me hacías tú.

¿Tanto te costaba decirme...?

Soy una persona rencorosa. Me he criado con gente que es capaz de insultarme por mi físico y mi inteligencia, de prohibirme hacer lo que me apetece, de privarme de lo mejor de mi vida adolescente, hasta el punto de asquearlo, y luego soy capaz de perdonarlos, PERO... No esperes que te perdone, porque no me creo que tu arrepentimiento sea real. Aléjate de mí.

No fuiste capaz de volver, ni pretendo que lo seas. No pude ser siempre yo el perro que iba detrás de ti. Necesitaba sentirme querido, cosa que no pude hacer con tus inexistentes abrazos; con tus besos desganados. Necesitaba ver que si me iba, vendrías, tal y como hacía yo. Y resultó que no.

Realmente, me decepcionaste.

La última canción que te dediqué antes de borrar tu cara de mis redes sociales se quedó en nunca.
Entiéndeme. No podía seguir con una persona que solo me aportaba dolores de cabeza, llantos y soledad.

Muchísima soledad...

Y malas notas en el instituto.
Pero ya no importa, no. Simplemente, escribo porque hay fechas que nunca se olvidan, y hoy es una de ellas. Puedes hacerte la loca, como de costumbre, y hacer como si no hubiese pasado nada, pero a mí no me importará. Quiero dejar este pequeño homenaje a la decepción, al desencanto amoroso y las injusticias que nos da la vida, para la posterioridad, o simplemente por, no sé, pero no te crezcas; es imposible echarte de menos. Hiciste que lo fuese.

(¿¡Crees que es por eso!? ¡Estás mal!)

Sí echo de menos a la persona que siempre idealicé; aquella que pensaba que me amaría siempre, que perdonaría mis errores y que los llantos que me daría siempre acabarían en reconciliaciones, alegrías. Pero he crecido, y aunque nadie sepa ya verte como yo, aunque todos parece que no crean del todo la misma descripción que cuento de tus más adentros, sigue sin importarme ser el único vidente.



Quería llevar más allá este homenaje y ir a aquel lugar idílico donde nos conocimos en soledad; donde nació aquel amor tan adolescente, falso y efímero, y dejar una pequeña rosa, por todas aquellas que alguna vez tuve la iniciativa de regalarte, pero sinceramente, tengo pereza.

Y pensándolo mejor, no te mereces de mi parte algo más que no sea este escupitajo de sinceridad.

Y no. Yo tampoco lo hice bien, y es obvio, y pedí perdón, y lo intenté arreglar, y parecía que sí, pero no, pero sí, pero no, y también, y tampoco, y, y, y... y todo quedó en un bonito y desastroso recuerdo.

Siento haber sido el caos que escogiste.
NADIE ES PERFECTO.


Y aunque pretenda darle un siniestro toque de pesimismo a esta carta, mi gente más querida...
No puedo negar que las cosas me van mucho mejor que antes.
Gracias a todos los que siempre me querréis, pese a mis errores.


1. Sarcasmo.
2. La maldad reencarnada en los progenitores.

miércoles, 24 de octubre de 2012

*Blipblapblupbzzt*

Acorde, hazme vibrar, hazme sentir, hazme capaz de discernir.
En esta cruel realidad, donde el día tiene de noche la soledad.
Abre mi mente, hazme capaz de ver si lo que quiero de verdad,
Es mero afecto o un suicida aferramiento, buscando sobrevivir.

Rezad por vuestras almas; yo, seguiré buscando la mía.


Tic, tac, tic, tac, hace mi ojo.

martes, 23 de octubre de 2012

Oda sin rima consentido

Sigo caminando, y esta vez por lo más alto de las praderas, tan despejadas y verdes, tan nostálgicas.
Recorro un camino que nunca tuvo sentido estar apartado del tuyo, un camino que hace mucho que tuvo que estar junto al tuyo. Un camino que estuvo junto al tuyo y se apartó, por no saber.
Crecemos, nos vamos haciendo mayores. Le quitamos importancia a aquello que tanta importancia nos enseñaron que tuvo que tener, y se la damos a lo que mejor sabemos darnos. Nada más importa.
Tu regalo es un cuarto menguante, el cual no hay forma de apartar de los ojos del que se atreve a dirigirme la mirada.

Oh, Luna, oh. 
Prefiero dejar esto en ambiguedad, que en obviedad.

martes, 2 de octubre de 2012

El precio del miedo

Iba a escribir una entrada de blog ayer, por la tarde. Normalmente, no suelo escribir cuando estoy de buen humor, pero ayer estaba exaltantemente eufórico, y quería soltar lo primero que se me ocurriese.
En ese momento, un pensamiento un poco sinsentido, tal vez pesimista, me vino a la cabeza:

¿De qué me va a servir escribir sobre mi euforia, si mañana, tal vez, ya no la tenga?

No le presté la atención a esta pregunta retórica hasta el momento en que mi euforia se disipó, por el motivo que fuese. ¿Y es que puede la euforia evaporarse sin motivo aparente?

No supe qué pensar. No es la primera vez que me pasa, y nunca me había quedado claro el motivo. Puede que la empatía por alguien importante fuese un buen motivo para sentirse mal, pero... ¿Tan mal? Quién sabe. Puede que así fuese.
Debatiéndome entre el sueño y la confusión, hallé la respuesta a mi pregunta.

La respuesta fue la cobardía.

¿Y por qué la cobardía? Obviamente, dije, hace poco, que no sabía cuánto me duraría la valentía, pero es muy fácil escribir detrás de una pantalla, por lo que no considero que haya sido mucho más valiente desde entonces. Me he dado cuenta que reprimir lo que los impulsos le dictan al cuerpo no sienta bien.

¿Por qué no me atrevo a fallarle a las personas más importantes? El único motivo por el que no aceptasen mis disculpas, estoy casi seguro que sería porque serían ellas las que me diesen las gracias, por vencer a la improductiva cobardía, creadora de insomnio e impotencia. Si los únicos caminos que me atrevo a recorrer son los que no tienen ni un poquito de gravilla para pincharme los pies, los resultados que obtendré, al final, acabarán rompiéndome e impacientándome; impacientando a mi valentía.

¿Y por qué, con quien tenemos más cariño, es a quien más miedo tenemos de demostrárselo? Ironías. La vida me ha hecho así de estúpido, y, cuando no intento ponerle remedio, es ese ridículo sentimiento de estupidez el que me impide ser algo más que un zombi sin objetivos; un zombi dolido y apático.

Y hablo en plural, pero tal vez sea el único al que le pasen diariamente estas tonterías.

domingo, 23 de septiembre de 2012

El regreso

Y al perderme otra vez, fui adonde los vientos me dijeron que estaría seguro: Al refugio.



— Vaya, has vuelto.

— Sí, aquí estoy de nuevo.

— ¿Qué te atormenta esta vez?

— Me atormenta... Me atormenta el no saber.

— ¿Y... qué te gustaría saber?

— El problema no es el querer saber. El problema es creer en lo que sé. El problema lo tengo cuando no me atrevo a creer en unos supuestos hechos, por el simple hecho de que nadie me demuestra su veracidad.

— ¿Entonces, el problema es que no confías en nadie más que en ti mismo?

— No. El problema es que nadie me hace confiar. Creo que existen muchos tipos de confianza. Está la confianza de colegas, con la que puedes hacer poco más que preguntar qué tal fue el día, o pedir un cigarrillo. Luego está la confianza de amigos, que te permite intercambiar opiniones sin temor al rechazo, o atreverte a ser irónico, sabiendo que en menos de un segundo pillarán tus ironías. Luego, existe un grado superior a la amistad... La amistad verdadera. Una amistad incondicional, donde los errores son perdonados, sean cuales sean, los abrazos son comunes y las risas constantes. Nuestra preocupación por esas personas a las que podríamos considerar más que amigas aumenta hasta el punto de entristecer cuando la otra persona esta triste, y enorgullecerse incluso de triunfos ajenos. Después...

[...]

— ¿Después?

Después... Está el amor. El amor no sé si tiene explicación. Yo opino que sí. El amor verdadero sí tiene explicación. El amor verdadero no es ciego. El amor verdadero no es un simple amor adolescente, del que te enamoras al instante. El amor de verdad brota, a causa del tiempo, de las situaciones que se dan entre dos personas. El amor puro aparece después de cada favor, de cada llanto convertido en sonrisa, de cada sonrisa convertida en un llanto de felicidad, de cada mechón de pelo apartado de la cara, de cada laguna mental de cinco horas que ha transcurrido a la velocidad de unos cinco minutos. La confianza del amor verdadero... Es inagotable.

— ¿Y por qué crees que nadie te aporta confianza?

— Realmente, tampoco pienso eso. Claro que mucha gente me aporta su confianza. El problema es... que a veces me gustaría darlo todo por alguien que no sé si daría tanto por mí. Y ya no sé si es culpa de los demás o mía. Ya no sé si soy yo el idiota, por no ser yo el que vea lo obvio en los ojos de la otra persona, o por no atreverme a dar un paso más. Tal vez, esta sea nuestra naturaleza. Tal vez, la otra persona, en el momento en el que nuestras miradas se cruzan, piense que ojalá se atreviese ella misma a dar un paso más. Tal vez, la otra persona se piense que ella me tiene más aprecio que yo a ella. Quién sabe. Tal vez, la culpa es de que todos seamos unos estúpidos, y no nos atrevamos a amar a quien queremos de verdad. Y dime, ¿acaso alguien es tan idiota como para no dejarse amar de una forma totalmente antisuperficial? ¿Es posible que alguien se negase a ser amado, sabiendo que la otra persona daría todo por ella?

— A lo mejor, es precisamente eso lo que tendrás que averiguar.

Y me atrevería, de no ser que vivo en la ciudad de la ilógica, en el planeta de la destrucción. Hay personas que no se atreverían a dar más por el miedo a perderle algún día. Hay personas que no se atreven a dar, por el simple hecho de que la inmadurez de una persona les dejara una honda cicatriz en su pecho. Hay personas, entre las que me siento identificado, las cuales no se atreven a darle amor justamente a las personas que les son recíprocas. Hay, también, personas que les hacen daño justamente a las personas que más les quieren. Y mientras yo sigo sorprendiéndome cada día más, de ver como toda la roña se acumula en cada columna de esta sociedad, me pierdo y me vuelvo a encontrar, y viceversa.

¿Y por qué no rompes los esquemas? ¿Acaso sería importante lo que pudiesen pensar de ti?

— Ese es el problema. Hay gente que podría decirme: Es que solo escribes ñoñeces, eres un cursi asqueroso. También podrían decirme que me quejo de todo, y puede que sea verdad. Incluso podrían decirme cosas como: Mientras tu escribes tonterías en tu blog, yo me tiro a una tía. Y me la sudan. Por supuestísimo que me la sudan. Desde el glande hasta debajo de los huevos. El problema sería cuando, por culpa de la ilógica, la sociedad te aparta. Y no hace falta que sea la sociedad; simplemente, puede ser la persona a la que amas infinitamente. El problema es cuando le confesas tu amor a alguien y te dice: Te quiero, pero no quiero que pase nada, por si algún día te pierdo. El problema viene cuando una persona comienza a odiarte por culpa de quererla tanto. El problema es absolutamente todo, y por eso mismo me quejo siempre de todo: Porque todo tiene la culpa, y yo no soy nadie para cambiarlo todo.

— Actúa sin miedo, mientras tengas en cuenta de que no eres tú el que comete los errores. Si otra persona los comete, tendrás que ser paciente y esperar a que recapacite. Y tener fe en que lo haga.



Aquí me hallo, hablando en soledad con mi conciencia, y teniendo la ligera sospecha de que, por culpa del miedo, no seguiré (otra vez) sus consejos.

[...]

O puede que lo haga. Me he armado de valor, y espero que dure.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Puño cerrado, pulgar en alto

No sé si será que hace meses que sortean un trofeo al más necio en la faz de la Tierra o si un día me enviarán un SMS diciéndome algo como: EHH, QUE ERA TODO BROMA. No sé si el mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo (YEAH, MADAFAQUIN' PLAGIER).
No pretendo nada más que la verdad (e incluso podría hablar de la obviedad), pero no pretendo siquiera que me importe. No pretendo que me importe, porque no puedo pretender que me importe algo que no me importa.

Seguimos bajo la misma estupidez que me hizo desencantarme, y así y todo, no eres capaz de ver lo estúpido que es insultar a alguien, creyendo que tiene tus propios defectos. En fin. La vida en sí es una ironía.

Desconfiando para que no rompan una fidelidad que no aporta ni una caricia, se pierde el afecto. Creyendo que tus palabras tienen que sonar más fuertes que los demás, lo único que hace el mundo es ignorarlas.
Y con esto podría estar generalizando, perfectamente.

Sigo aquí, expectante, en el sarcasmo de la existencia, esperando algún fenómeno sobrenatural.

[...]

La vida, a ratos, es aburrida.


I don't know why you
Think you're always right and never wrong,
But I know why you're gone!

Pride.

Hasta luego, hasta siempre

Cálida noche final, empapado sudor de mi frente... Dentro de poco nos despediremos con un hasta otras vacaciones. ¿Me puedo quejar? No.

Paciencia, tranquilidad, sensatez, valor, autoestima... Gracias, verano. Eso y mucho más me has aportado.

Despido a la última noche, a los grillos, al intenso calor, a la pasión que me ofrece un ventilador.
Despido al verano, despido al sol.

sábado, 15 de septiembre de 2012

El camino

Como buen guerrero sabe, hay caminos que no deberían recorrerse sin estar bien preparado. Las condiciones a las que me expongo cada día hacen que a medida que pasa el tiempo, sea capaz de emprender cada uno de esos caminos cortados por la inseguridad. No pretender recorrer una experiencia para la que no me he preparado un mínimo, porque los resultados podrían ser holocáusticos. Tampoco creo que los caminos de los que me haya apartado estén perdidos para siempre, ya que, como he dicho y reitero, hay que ser paciente.
No se puede pretender hacer todas las cosas en el momento en el que se nos ocurren, y aún menos teniendo en cuenta que no estamos preparados para hacerlas. Respecto a los caminos que he elegido, he sido guiado a muchos de ellos por la inexperiencia, luego por el arrepentimiento, y más tarde, por el valor. Hay caminos que no dependen de mí solamente, dependen de más personas. De ellas dependerá su decisión de abrirme sus puertas, o dejar pasar, esta vez ellas, la oportunidad.
Pero solo que tengan en cuenta que todas las personas nos arrepentimos, y no seré yo el que vaya cerrando puertas cuando vuelvan.

La vida es un camino muy largo, y hay puertas que abrimos, pero al salir, cerramos para siempre. En cambio, hay puertas que, yo al menos, simplemente, no las abro. Las dejo apartadas. Necesitaba más puñaladas traperas para entrar por ellas, y este verano ha sido idóneo para entrar por cada uno de esos apartes. Y pronto entraré por uno de ellos, y espero que no sea en vano. No depende de mí.

Sea cual sea el resultado, libraré a mi cabeza de otro peso inútil.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Si pudiese volar...

Llego a casa. Un día más. ¿Solo un día más? No.
La demencia se apodera de mi mente, mientras mi mente solo quiere apoderarse del mundo.
Me dejo llevar por cada acorde, muevo la cabeza y la hago estallar contra el aire. Sigo moviéndome, acelero, canto, grito... Siento que voy a explotar en euforia.

Me dejo llevar. No, no es la cerveza, no. Cada día está siendo más intenso que el anterior... Lo noto, y me encanta. Y sigo dejándome llevar, o al menos lo intento.

Pero no, esa euforia no me da alas. Esa euforia la estoy derrochando sentado en esta silla.
Esta puta euforia no va a hacer que duerma acompañado, y es que hoy, lo único que quiero es dedicar un poco de cariño. Y quien dice hoy, quiere decir toda la puta vida. Decir un poco es poco, hablando de forma redundante. Esta estúpida euforia no sé por qué motivo me ha llevado a casa, cuando hay cosas mucho más interesantes fuera de esta pantalla.

Lo mejor es que ya no, no me desmotivo. Este torrente de emociones está guardado en un pozo muy, muy prolongado, dispuesto a ser liberado en el momento que lo necesite. Este flujo infinito de sentimientos positivos, que no sé ya si me hacen feliz o me provocan aún más ansiedad de la que tengo, y me destrozan por dentro, pero... Me da igual, ya que son positivos. La ansiedad solo la provoca el miedo a liberarme.

Y aquí sigo, descansando en una silla, al lado de una cama, otra vez vacía. Y hoy es una noche perfecta para morir abrazado mediante caricias letales. Una noche perfecta para dejarse matar a base de amor.
Una noche perfecta, de tantas.
Una noche perfecta, de tantas... Malgastada.

Y aquí sigo, en mi incómoda y sucia silla, esperando a delirar, solo para encontrarme con alguien a quien ofrecerle las buenas noches. En esta habitación, con más aire que carne, con más luz que oscuridad...
Con más suspiros que besos.
Con más ropa que piel.
Con las uñas más mordidas que los labios.

Pero no decaigo, no. Me lo guardo. Esta noche y todas las que llevo pasadas durmiendo con los pies helados me las guardo.

Solo dime hazlo, y desbordaré todo lo que quieras que me desborde.

Si me dejase llevar, no estaría ansioso hasta la maldita saciedad.

Quítame el miedo y lo que surja.




[Edición] Añadiré la guinda a este pastel. Esta canción habla de la misma forma que si fuese mi corazón el que lo hiciese.


*bang*

viernes, 7 de septiembre de 2012

The reason

Pasa un día más. Un día que comenzó siendo especial, y acabó especial, a su modo.
Un día que tenía ganas de empezar así, aunque nunca supe que fuese a acabar de este modo.

Hoy, me he liberado. He vomitado una bilis que llevaba atrapada en mi cuerpo mucho tiempo. Tanto tiempo que no recuerdo siquiera cuando enterré la necesidad de vomitarla. Y me he dado cuenta de que la culpa de mi imaginaria soledad y mi necesidad por la compañía estaba mucho más cerca de lo que imaginaba.

[...]

Hace un tiempo, quería hablar sobre los padres sobreprotectores.
Yo tuve una suerte, que fue vivir la mayor parte de mi vida con una única madre sobreprotectora, incapaz de controlar mi revolucionaria mente. Para que no la controlase, viví independiente de ella, de sus pensamientos, de sus todos. Y si no hay nadie en tu casa que te quiera como eres... Es difícil sentirse querido.

Y ojalá este día hubiese sido al revés. Ojalá hubiese abierto los ojos esta mañana para cerrarlos acompañado esta noche.

[...]

Nada me hubiese sentado mejor.
Nada me sentaría mejor.
Nada me sentará mejor.

Gimme some love, gimme some love... ♪

Solo pido...

Que venga alguien y me salve. Que me salve otra noche más.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Quiero. ¿No puedo?

¿Qué coño quiere Zuru?


Zuru wants his Perfect Situation.

NO, no os esperéis nada más de esta entrada de blog.
Podéis incluso cerrarla sin escuchar la canción siquiera, así os enteraréis aún menos.

*pop*

sábado, 1 de septiembre de 2012

Sumido

Recorro cada byte de mi memoria con toda la velocidad de mi impaciencia desmedida, intentando encontrar una salida, de nuevo. Llevaba caminando más de un mes por un camino pedregoso, el cual conseguí alisar al paso de mis pies, poco a poco.
Intentaba dejar plana, lentamente, cada piedra del camino, dandole forma, haciéndolo mío, aceptando que ese sería mi mejor camino, por un sentido común basado en la fe, en la falta de pruebas prácticas.
El camino pasó de ser piedra a ser arena, a dejarse llevar por cada paso, los cuales usaba para avanzar. El camino se hizo cómodo. Se amoldó a mis pies descalzos. Todo tan utópico.

De repente... Lluvia y calor, Coca-Cola y Mentos, antibióticos y alcohol. Mis tripas se remueven por un motivo más que aparente. Me rompes los esquemas e irrumpes en mis sueños. Te parecerá bonito el desastre que has causado. A mi también.

Todos mis razonamientos en un papel arrugado. La lluvia moja la arena y atrapa mis pies. Tampoco hay otra cosa que quedarse aquí atrapado. Me siento en la arena mojada y me resfrío, me debilito. No hay medicina digerible que cure este resfriado, así que simplemente reflexiono. No hace falta pulsar ningún botón para que vengas a rescatarme. Sabes exactamente donde estoy, y no me importa esperar. Me sigo hundiendo en esta arena, pero procuro, ante todo, mantener levantada una mano, por si te apetece venir a cogerla. No tengo nada más que hacer que refugiarme del viento, pero no significa que vaya a ahogarme. Reflexiono. Calor, y más calor.

La arena se seca, y no pienso refugiarme de la situación. Saco la cabeza fuera y dejo que la brisa me ilumine la mente. Miro el camino, e incluso me parece más blando de lo que fue antes. Sigo caminando.

Ni abandono, ni me dejo hundir (al menos, no del todo), ni pienso retroceder. Lo único que quiero pensar es en lo obvio, no en lo ilógico, así que todo queda claro. Tan claro que me siento completamente estúpido.

Aquí estoy, en la luz y en la oscuridad, en la claridad y en la niebla.
Cuando haya alegría, estaré.
Cuando haya dolor, ay. Será mejor saber solo el efecto, y no la causa. Por el bien de la causa.

Y me siento acompañado sin estar acompañado, y me siento solo sin estar solo, y me siento estúpido sin... Y me siento estúpido.

Si me guio por lo obvio, puedo ser feliz, aunque no sé hasta qué punto puedo asimilar lo obvio, aquí...

Sumido en un caos de dulce amargura.

sábado, 25 de agosto de 2012

Agradable

No son horas de escribir. Tampoco tengo mucho que decir.
Tampoco estoy inspirado. Este tipo de inspiración no se expresa con palabras, pero en fin.
Aquí estoy, y me apetece dejar constancia.

¿Qué puede haber más agradable que estas cálidas noches de verano, tan cálidas de temperatura como de sensaciones?
¿Qué puede haber mejor que este sedante, tan natural, tan gratuito?

Estando aquí sentado, nada mejor. Tal vez, podría decir que me falta una Única cosa.


Simplemente.

lunes, 13 de agosto de 2012

Muros rotos y piedras


Hoy... es un día raro.
Hoy ya es después. ¿Y después qué?
¿Hay algo después?

¿Otra vez he descarriado? ¿Otra vez me he vuelto a perder por un largo sendero solitario?
Otra vez vuelvo a tener esta sensación tan nostálgica, tan antigua, tan estúpida.
¿Y todo por qué? Pues por lo mismo que medio mundo.

No es tan raro sentir la soledad, pero que no sea raro no quiere decir que sea desagradable.
Considero estúpido sentirme solo, ya que nunca había tenido creo que a tanta gente que intentase alzar cada uno de mis vuelos fallidos, pero vaya. Tal vez no sea ni soledad.

Tal vez sea cada uno de esos pequeños gestos que me demostraron que alguien quería echarme de su vida haciéndose la víctima. Tal vez aquellos golpes, aquellos silencios, aquellos días sin besos por cualquier gilipollez... Tal vez aquellas discusiones, hechas con el afán de pagar cualquier problema con el primer estúpido que estuviese cerca. Tal vez por aquellos insultos disfrazados de observación, o por aquellos sentimientos reprimidos por una barrera cargada de ilógica y rencor. Tal vez por culpa de una ceguera ajena, más bien física que mental. Tal vez por aquel paso que nunca fue dado, por cada palabra que obedeció a una razón poco reflexionada, ofuscando a cualquier mínimo sentimiento, apartando a cada uno de esos impulsos que en el fondo hubiesen sido lo mejor.

Y sí, tal vez la culpa fue por aquella falta mía de madurar, desembocante de los peores errores que pude nunca tener, de los que nunca creí que cometería, de aquellos malditos errores que me dieron remordimientos, ansiedad, dolor. Dolor, al ver apartarse lentamente a todo lo que creí tener en mi vida. Dolor al ver como poco a poco, y tal vez sin que ella se cerciorase, me estaba rompiendo a patadas los tobillos, yéndose pasito a pasito, sin mirar atrás, sin escuchar cada uno de mis lamentos, sin dejarse mojar tan siquiera por una de mis lágrimas.

Si tuviésemos que pasar toda nuestra vida buscando a una persona que nunca nos hiciera daño, si tuviésemos que pasar toda nuestra vida sin aceptar el arrepentimiento de las personas que más nos querrán en nuestra vida, por miedo a que nos dañasen o simplemente por creer que no merecen nuestro perdón, moriríamos solos.

Y no me siento solo, simplemente sigo decepcionado, impotente, después de todo este tiempo, de ver como alguien a quien una vez creí que le importé más que a nada no supo nunca entender lo que le susurré con mi corazón, antes de que fuese machacado.

Hace tiempo que perdí el bolígrafo que sirve para escribir aquella historia.

jueves, 9 de agosto de 2012

Reflexiones de última hora

Ahora sí. Esto de cambiar cada día de parecer es genial.
Al menos he aprendido de todo esto a cambiar solo para bien, pero en fin, cambiar de parecer supone reflexionar sobre la nueva situación y esta situación es muy rara.

Aviso, desconocidos: Voy a tratar de ser ambiguo, solo trato de desahogarme.

¿Pero quién ha sido el más ambiguo aquí? ¿De qué ha servido ser ambiguo?
¿De que ha servido machacar corazones? ¿Nos ha servido para hacernos sentir mejor?
A mí, al menos, no. Es más, espero no haberlo hecho y eso es lo peor, que puede que lo haya hecho, inconscientemente.

Como dice la canción de Savia, el desprecio fue quizás tu manera de ayudar, y esa fue mi suerte, mi desencanto, mi salvación. El desprecio ajeno. No hay algo con lo que haya podido aprender más, con algo tan doloroso como el desprecio de la persona que más has amado en esta maldita vida.

Pero ahora, ¿qué? ¿Ya no hay nada más?
Puede que no haya nada más, puede que por mi parte un día dejase todo claro, puede que todo siga en pie, puede que se haya derrumbado.
Puede que siga esperando y sea lo suficientemente optimista para que no me importe un no por respuesta, por lo que se podría deducir que ya no importase nada, o eso quisiera aparentar.
Puede que no quiera aparentar nada.

Puede que mi vacío esté lleno de nuevo, puede que nada lo pueda llenar igual, pero no me importe, ya que dejando ese vacío he tapado miles, o puede que no. Puede que siga aquí, como dije, en un charco de cacota.

Puede que ahora mismo esté feliz.
Puede que esté escribiendo esto llorando. ¿Te lo creerías? Yo tampoco. Igualmente, ¿por qué no?
Puede que esté anímico desde aquel día, o puede que nunca haya estado igual.

La pregunta es: ¿Te importa? ¿Te debería importar? ¿Por qué no?
Y si te importa, simplemente: ¿Por qué? ¿Por qué todo?

¿Acaso esta odisea, esta jodida locura ha tenido sentido alguno? Para mí sí.

Nunca podré volver a amar a alguien que no se deje amar. A menos que se me crucen los cables y me apetezca destruirme.

Y no hay nada mejor que dejarse querer un poco.

Puede que con esto no quiera decir nada; puede que esto signifique más de lo que parece.
La pregunta es: ¿Te importa? Averígualo.

sábado, 4 de agosto de 2012

Now I'm free


Nada más que añadir, señoría.

Now I'm free from what you want.
Now I'm free from what you are.
Now I'm free from what you need.

lunes, 30 de julio de 2012

Acorde bipolar, pt. 2

Y tal vez sea bonito sentirse solo a ratos, por el hecho de que siempre viene alguien a acompañarte durante esas largas noches. Y tal vez simplemente haya sido la música la que lo haya logrado, pero, en fin. ¿Qué más dará, no?


Lo que sí puedo decir es que en estos dos últimos años y, en especial, este verano, he tenido una experiencia extraordinaria, un cambio radical, una liberación. He pasado de ver que estaba completamente vacío a ver que había tantísimo, tantos amigos de verdad, tanto hobby para llenarme.


Al que su adolescencia le parezca vacía, tal vez no la haya experimentado como toca.
Y el alcohol, las drogas y las fiestas se alejan mucho de lo que hablo.


No puedo quejarme. Pero ni de coña. (A ver cuánto duro sin quejarme).



Creo que ya vuelve a gustarme el verano.

Acorde bipolar

¿Es peor no saber como comenzar, o no saber como se va a acabar?
Que importa. Hoy es otra de esas noches solitarias.

Está claro que no todos los días podré tener un beso de buenas noches; nunca lo tuve tantos días.
La única pega es que antes aparentaba que podría tenerlos así algún día.

Sigo pensando que se echan de menos más los gestos que a las personas, porque los abrazos acaban llenando estos días de verano tan extraños, tan... libres. Tal vez sea porque hoy no he tenido oportunidad de abrazar a nadie, quien sabe. Tal vez sea porque The Smashing Pumpkins me hace sentir melancólico; siempre me ha hecho sentir así, y en parte, me encanta.

Tal vez sea porque hay situaciones que me hagan recordar buenos momentos, que aún no he logrado vivir con nadie más. Tal vez sea porque eche de menos que acabe todo bien, al final. Y vuelva a acabar mal, para luego volver a acabar bien.

Tal vez echo de menos aquellas falsas palabras: Te quiero. Porque me hacían sentir querido de verdad.
Y no fuiste la última persona que me lo dijo, pero tal vez resultaba diferente de tus labios. O tal vez alguien ya ha conseguido llenarme alguna noche con ellas.

Siguiendo la costumbre de estas noches solitarias, varío mi ánimo a ritmo de un acorde bipolar, cambiando mi tercera mayor  por la menor, y esta por otra mayor, y así.

Y la soledad no es mala, no, pero acaba siendo monótona.

[...]

Como de costumbre, no importa ya. Tal vez.




Llego a un punto en el que la ambigüedad se hace divertida.
Crashing down again

martes, 24 de julio de 2012

sOda al realismo

¿Recuerdas la primera foto que nos hicimos?
¿De ese primer día que quedamos para conocernos?
Vergüenza entre los dos, donde ninguno se atrevía a darse la mano en el cine...
-------------------------------------------------
Pero bueno, al final decidimos quedar solos, el día uno de Noviembre del 2010, donde pasé un día espectacular junto a ti...
Las primeras miradas, las primeras caricias, el primer beso...
-------------------------------------------------
Desde ese día, comenzó nuestra historia, que aún continua y continuará por siempre.
-------------------------------------------------
¿Sabes una cosa? Pues que lo mejor que me ha pasado ha sido tenerte a mi lado, acogiéndome con tus brazos...
Disfrutar de esa compañía que cada día me regalas...
-------------------------------------------------
Porque cuando me sonríes, me gusta, ya que siento un nervio dentro de mí, muy agradable...
También me gusta cuando me tocas las mejillas, noto que estoy muy bien...
Y me gusta cuando reímos juntos, cuando me abrazas y cuando haces que me sienta segura en esos momentos.
-------------------------------------------------
Me encanta que al mirarte se me olvide todo, y que siempre piense en ti, me salga esa sonrisa en la boca.
-------------------------------------------------
¡Has sido una persona muy especial, lo eres y lo serás!
Ya son muchos los días que podemos contar que hemos compartido hasta ahora juntos.
-------------------------------------------------
Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero... (etc).
-------------------------------------------------
Pase lo que pase... Yo estaré a tu lado. ♥
Siempre que lo necesites, sabes que vas a poder contar conmigo.
-------------------------------------------------
Hasta el final. ¡¡Por siempre, cariño!!
-------------------------------------------------


¿Hasta el final? ¿El final también es relativo, verdad?
El amor que sentí por ti, era relativo. Aunque era inimaginable, para ti no fue nada.
El final fue tan relativo que acabó el 27/05/2012, bajo sombras tenebrosas.

¿Te seguirá gustando mi sonrisa, mis caricias o mis besos?
No importa; ya no. Lo más fácil es que te sigas dejando cegar por el orgullo, por no pedir un puto perdón.
Un puto perdón que ya carece de importancia.
Todo eso quedará en nuestras memorias, no enterrado. No para los dos.

Nada importa ya, menos estas palabras:
Aunque lo intentes, no me vas a olvidar en tu vida, ni yo a ti.

¿Pase lo que pase, estarás a mi lado? ¿Aún quieres seguir negando que has cambiado?
No te preocupes. Mis 17 también fueron difíciles, cegados por la ira y el orgullo, pero bueno.
No todos consiguen rectificar pronto por sus errores.

Simplemente, sigue el camino que te convenga. Mis pensamientos más claros y oscuros no pienso plasmarlos en ningún lugar fuera de mi mente.

Desde aquí, hasta el infierno, o hasta la incondicionalidad.
Todo depende de ti.


Edición posterior: Algo que me gustaría añadir, es que, nadie tiene derecho a quitar del medio el amor que se siente por alguien que llegó antes que él. Si no le gusta, que se vaya a comer puerros infectados.

domingo, 8 de julio de 2012

miércoles, 4 de julio de 2012

Leche con miel

Tú, como la cuchara en mi tazón de Miel Pops, devorando lentamente a cada cereal que intenta acercarse a ti, uno a uno, de diez en diez. Da igual. Ayudando a acabar con ellos, hasta que intentas apoyarte en un momento de flaqueza en todos los que dejaste ir, mientras te vas hundiendo hacia el interior del tazón de leche.

Créeme, cuchara. No siempre tendrás una mano salida del cielo que te ayude a volver a la superficie. Algún día serás tú sola la que tenga que ver que, cuantos más cereales te hayas quitado de encima, más pronto te acabarás hundiendo. Aunque lo más seguro, es que esos cereales ya haga tiempo que los hayan digerido, y no vuelvan a poder aguantar tu peso. Tal vez, ni quieran.
Tendrás que aprender a no hundirte en la leche, a volver a la superficie, e incluso tendrás que aprender a flotar sobre ella. Tendrás que saber vivir sin nada más que las sobras que te rodean.
Tendrás que saber que si no flotas, te hundes, y si te hundes, vivirás ahogada.

Ahogada, por no haber sabido apreciar a esa mano que te ayudaba a levantarte cada vez que te hundías.

Una merienda puede representar la metáfora de una vida.

domingo, 24 de junio de 2012

Otro pequeño pasito

¿Hay algo que quiera expresar que no haya expresado aún?
Cada día veo que se acerca lo que podría llamar el fin.
Veo como cada día, una persona más se une al clan de los ingeniosos, de los vividores. Llamadlos como queráis, la cosa es que ya imagináis de qué personas hablo.
He llegado a un punto en el que mi mente se está derrumbando, como una fruta que ha ido creciendo en la rama más débil de un árbol, hasta crecer más de lo debido, como Weathley asumiendo el manejo completo de Aperture Science (sorry, pequeño spoiler), manejando un poder para el que no ha estado nunca preparado.
Cada día dudo más de poder controlar a mi pensamiento, es más, llego un momento en el que me domina, me veo completamente demente, no hay forma de eludir toda esta pesadilla, y lo triste es que sé que ninguna solución normal puede ayudarme.

Me podría ayudar creer en Dios, y rezarle para que todo mejorase, ahuyentar mis problemas con alcohol, drogas de todo tipo. Me podría ayudar creer que pedirle un deseo a una estrella fugaz hará que se cumpla, pero no.

De pequeño comprendí que Dios no ayuda a nadie, en el caso de que exista, lo que me haría pensar realmente que sí nos hizo exactamente a su imagen y semejanza, al menos a semejanza de la mayoría.
¿Y qué me hizo perderme del camino?
¿Porqué no puedo yo ser una persona sin alma, ni corazón, ni sentimientos?
Es más, me arrepiento de preguntármelo, porque mi felicidad sería a costa de los que me rodean.
El alcohol antes me ayudaba, hasta que vi que eran innecesarios, que solo te ayudan a mostrarte tal y como eres en realidad, y así a la gente no les pareces un raro. Simplemente creen que lo haces porque vas borracho, pero no. Para beber, prefiero mostrarme como soy yo, sin complejos, y que me aprecie el que se merezca el aprecio ajeno.
A las estrellas fugaces también les pedí un deseo, y no solo no se ha cumplido, sino que se ha vuelto todo lo contrario de lo que deseé.

Simplemente, no soy tan fuerte como querría ser. No puedo asimilar en este momento toda la mierda que esta cayendo a nuestro alrededor, en este planeta de intentos de persona, y alguna persona con corazón.
Obviamente, no hace falta hablar del suicidio, la solución egoísta a la que optan algunas personas, solución por la que acaban siendo como todos los demás: Unos malditos egocéntricos.

He llegado un punto en el que sé que no puedo cambiar, no puedo volverme lo contrario de lo que soy, pero también a un punto en el que dudo entre si me gustaría ser un ignorante y vivir feliz, o buscar a toda la gente que se siente como yo para no sentirme tan solo, que será lo que haré.
Ha llegado un punto en el que no sé si podré ser feliz, asimilando estas ruinas.

Y me sigo preguntando porqué la estrella fugaz te convirtió justo en lo que más odio en esta vida...



Otro pequeño pasito hacia la locura.

viernes, 22 de junio de 2012

Formas de expresarse

Podría haber escrito una entrada kilométrica, reflejando mi forma de pensar, mis sentimientos.
En cambio, encontré esta canción:


Simplemente, genial.

jueves, 21 de junio de 2012

Débiles

Últimamente el odio se apodera de mí, aunque a ratos distingo su origen.
Su origen es la empatía, la empatía que siento por todas, absolutamente todas esas personas a las que no les importo.
Y no hablo de la gente que hay por la calle, esos que salen con gafas de sol por la noche, dignos de un atropello de camión, o esos que siguen simplemente a las masas, para sentirse dignos de una sociedad de borregos. No, esos para mí ni existen, pero va encaminado por ahí.

Hablo de esas personas que un día llegaron a ser personas, personas que me llegaron a importar, personas a las que incluso les importé, y que se han dejado pisar, se han dejado llevar por la estupidez colectiva.
Hay frases muy típicas que se dicen, simples, como tú antes molabas, o ese siempre fue amigo nuestro, pero ha cambiado.

¿Os creéis que la gente cambia porque sí? ¡Débiles!
Me gustaría que resonase en vuestra cabeza el día que os volváis cuerdos. Que resonase toda vuestra puta vida. Fuisteis unos débiles, y no lo quisisteis ver. Sabed que las personas que siempre os quisimos siempre os lo intentamos hacer ver. Y lo mejor es que sé que lo sentiréis toda vuestra vida, o al menos parte de ella, porque yo lo fui cuando era más pequeño, y recapacité. En cambio, alguno de vosotros no se enterará nunca.

La gente tiende a cambiar por el simple hecho de no creerse fuerte, por creer que no puede superar lo que está viviendo, y eso es lo que hace que su vida comience a ser una mierda, ahí es cuando comienzan a ser unos hipócritas, haciendo lo que en teoría siempre odiaron, odiando a los que de verdad alguna vez les han querido para algo, y viviendo una vida que, al menos a mi gusto, es completamente vacía.

Y, por favor, si alguien lo lee y le apetece sentirse el centro de mi ano, que lo sea calladito, porque esta entrada de blog se la dedico a tantísima gente...

Simplemente, todo este ragequit es obra de mi decepción hacía vosotros, porque una vez os tuve aprecio, y acabasteis siendo del tipo de persona que más odio de todas: la que no tiene personalidad.
Solo hace falta observar vuestras críticas sin fundamento, vuestra forma de pensar que sois perfectos, sin atender ni a consejos ni a la razón, vuestra forma de comportaros como niños, algunos a una edad que deberíais de hacer honor a los pelos de vuestras pelotas.

En fin. ¿Decepción, melancolía, nostalgia, lástima, impotencia? Sí, todo junto.
Me siento mal por vosotros, porque la única forma que tendréis para poder cambiar será cuando pilléis por delante a un hijo de puta más grande que vosotros, y con perdón, ya que solo quiero dramatizar.

Reitero. Solo quiero dramatizar, nadie es hijo de puta, menos el que su madre se sienta orgullosa de tener ese oficio, gracias.

Concluiré, recordándoos que el día que halléis vuestro camino, estaremos aquí, vuestros amigos de verdad, esperando escuchar todas las palabras que nunca se han atrevido a salir de vuestra boca, por miedo a no ser aceptados culpa de vuestra soberbia.

Aún os falta camino para saber que dentro de un tiempo os sentiréis sucios por no haber sido vosotros.

martes, 5 de junio de 2012

Derrame cerebral

Llevo toda la semana pensando en muchas cosas. En demasiadas cosas.
Veo que hay gente que se siente identificada conmigo, pero... Veo que la mayoría de gente no es así.
La mayoría de gente no sabe lo que es vivir.
He estado toda la mañana buscando algún blog donde expresase algo parecido a lo que pienso, pero lo mejor que he encontrado es esto:

http://www.escuchaimbecil.blogspot.com.es/2012/03/reportajes-al-pie-de-la-tumba-que-es-lo.html

Me parece muy muy curioso.
¿Os creéis que cada imbécil que veis por la calle nació así?
Los imbéciles no nacen, se hacen, al igual que las personas de verdad.
Me parece muy curioso que haya gente que, en su lecho de muerte, se de cuenta de que ha tenido una vida vacía, que ha vivido para los demás. Me parece increíble que haya gente de 16 años que ya tenga claro que se ha de vivir pensando en uno mismo, y no en los demás, mientras otros se den cuenta en el momento de su muerte. Esto me entristece.

Nos dignamos a insultar, por poner un ejemplo, a los canis.
Los canis, detrás de su intento de superioridad y sus muestras de poder, lo único que demuestran es debilidad. Nunca hay que tenerle miedo a una persona que se cree superior, porque lo único por lo que intenta creerse superior es para que los demás le teman y no le hagan ningún daño.
Y no solo los canis, sino también podría nombrar a las geniales tribus urbanas, como heavys, raperos, pijos, etc. Todo un intento de tener alguna posibilidad de encajar en la sociedad, cuando la única posibilidad de encajar con todo el mundo es siendo uno mismo.
Por esto, llego también a la conclusión de que hay que aceptar las patadas que nos da la vida.
Hay gente que intenta aparentar que en su vida lo han pasado fatal, mientras se han comportado al mismo tiempo como unos monstruos, creyendo que lo que hacen ellos es todo bueno, sin aceptar sus propios errores.
Han creído que pensar por los demás iba a ser lo mejor para ellos. Paradógico.

Sentirte ofendido por una persona que no conoces, y te insulte por tu físico, puede ser de los primeros fallos que solemos tener en nuestra vida, y hay gente que se da cuenta en este momento de que se ha de vivir por uno mismo, y no pensando en los demás, mientras otros se estancan, y intentan mostrar una fuerza increíble, sacada de la nada, mientras, inconscientemente, toda su mente se está derrumbando por dentro, junto a sus ideales, sus gustos, su personalidad.
Intentar evitar los problemas solo hace que no puedas ser nunca tú mismo.
Los problemas se arrollan, no se evitan. Una persona que es capaz de aceptar cualquier daño que le ha hecho cualquier cosa o persona, es una persona que sabe lo que es vivir de verdad.

Hay que usar el sentido común. Cuando digo que no hay que pensar en las demás personas para comportarse como uno mismo, no quiere decir que no haya que pensar en los demás, porque esto también suele ser el mayor de los errores que tiene la gente. Pensar solo en uno mismo, mientras se depende de los demás, de la sociedad, de las modas, dependiendo de lo que los demás piensen de uno mismo.
A eso se le llama egoísmo, y dudo que eso esté bien visto siquiera en un grupo de débiles.

La gente se cree que disfrutar de la vida trata de acabar todos los domingos con resaca y con un desconocido en la cama, y, cuando se dan cuenta, han visto que todo, absolutamente todo lo que han creído mejor para ellos, ha sido un simple comportamiento social, y se dan cuenta de que toda esa gente que han tenido como colegas, ahora son unas personas que hacen como si nunca la hubiesen conocido.

[...]

Podría estar mil horas escribiendo sobre este tema, pero estoy seguro que, los que más necesiten leer esto entero y comprenderlo, serán los que menos lo intenten.

"Me gustaría haber sido más feliz: Es el lamento más triste de los moribundos que prefirieron engañarse a sí mismos y continuar con unas existencias en las que no eran felices, en lugar luchar contra todos los miedos y cambiar de vida."

A ver si la gente se da cuenta de lo que significa de verdad carpe diem (o hakuna matata).

lunes, 27 de febrero de 2012

Reintegración sin esperanza

No todos somos perfectos.

Unos han nacido sin defectos, o así lo creen. Se han atrevido a vivir desde el primer momento que han podido. Se han atrevido a decir lo que pensaban, ya que nadie iba a cambiar su forma de pensar, esa forma de pensar tan igual a la de todos. Han sido amigos de todo el mundo hasta que han comenzado a dejado de pensar un poco, comenzando a pensar como la mayoría, y así haciéndose amigos de la mayoría, y apartándose de nosotros, esos extraños.
Otros, puede que hayamos comenzado a vivir hace muy poco. Nos hemos refugiado del mundo y de su pensamiento igualitario, e incluso más de uno aún sigue refugiado de él. Aunque nos hayan insultado en el instituto, pegado, ridiculizado, hemos sido fuertes, hemos crecido como adultos, nos hemos creido superiores ante los anteriores, ya que cualquier persona que no respete la forma de ser o de pensar de alguien debería de ser considerado como inferior, al menos en mi humilde opinión.
Hemos salido a la luz y no nos hemos quemado la piel, porque nos la suda todos los rayos ultravioleta que desprende el ego de la gente, por mucho que nos hayan intentado quemar más de una vez.
Lo triste es haberte integrado entre una sociedad más digna de un chiste o una antiutopía que de la realidad, y conocer a personas que se hayan quedado en el camino, tapadas por un fino hilo marginal que los separa de la realidad. Personas que tienen mucho más valor que la mayoría de gente que puedas encontrarte por el camino, pero no se atrevan a dar el último paso de gigante y que, aunque te hayas dedicado a ayudarlas de toda forma posible, se hayan quedado atrás y te hayan dejado aparte, aún sabiendo que eres tú la única forma de romper esa tela fina, porque total, mejor se está tapado cuando vives con un corazón frío como un témpano de hielo.
Y me jode mucho, debe de ser la misma sensación que tiene un profesor cuando no consigue hacer aprobar a un alumno, viendo que no se esfuerza y pasa de todo. Porque aunque parezca que les da igual, seguro que por dentro les debe de saber muy mal.

Sonará a tópico, pero la verdad es que lo mejor es tomarse la vida con humor. Cuando alguien te critique, simplemente no pienses en la crítica, piensa en todos los defectos que tiene en su cara y díselos, pero de buen rollo, no sea que se enfade.

Si no fuese por el humor y por mi sentimiento de melasudismo a la gente que no se merece mi atención, seguramente yo también sería aún uno de esos otros, que siguen detrás de una fina tela, ocultos de todo lo que les pueda dañar.

Salid de vuestra caverna, no será todo tan bonito como ella, pero al menos tendréis algo de lo que reiros.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Hoygan

¿No se cansan de escuchar todos la misma música?
Lo bonito de la música es que yo vaya por la calle con una camiseta de My Chemical Romance y otro con una camiseta de Radiohead, y te incite a conocer a su grupo, a escucharlo, engancharte, difundirlo a los demás, pero si todo el mundo escucha la música que le pone el DJ Mierdasekah en la disco y va con camisetas de [introduce basura aquí] por la calle, se hace un poco monótona la gente.
No solo eso, que después de tanto tiempo aún no sé como os puede seguir gustando música de m-, con perdón pero en serio. Y sí, que si cada uno tiene un gusto, blabla, pero más bien parece que todos tengáis el mismo gusto del culo. Tampoco creo que esto que escribo sirva para algo, pero no me importa, porque me apetece desahogarme y haceros ver que sois unas ovejas siguiendo al rebaño.

Ójala algún día vuelva la época en la que cada persona tenía una personalidad propia.







No está mal tener gusto para (casi) todo.

miércoles, 11 de enero de 2012

Josputanónimos

Es raro, aunque cada vez menos.
Cada vez puedo afirmar con más certeza de que escribo en el blog solo cuando estoy mal.
Me impresiona, porque relativamente estaba bien, en mi nube, hasta que me he fijado que no todo es del color que aparentaba ser.

Me sorprende que esta vez me ofenda de lo que me he ofendido. Me resulta hipócrita.
No voy a decirlo, pero cuando has estado, por ejemplo, en un colegio de hijos de la grandísima puta, donde te ofendes por no tener amigos con gustos afines y de que un trío de retrasados te llame friki o gordo, al final te la acaba sudando todo.
Pero llega un día, en que puede ser que tu mejor amigo te ofenda con un insulto asumido, estúpido, pero que en ese momento te puede sentar bastante mal.

Algo así es lo que me ocurre.
Me ofende lo que critico día a día, de lo que me burlo en cada ocasión, pero esta vez, mi humor me ha pillado desprevenido.