lunes, 27 de febrero de 2012

Reintegración sin esperanza

No todos somos perfectos.

Unos han nacido sin defectos, o así lo creen. Se han atrevido a vivir desde el primer momento que han podido. Se han atrevido a decir lo que pensaban, ya que nadie iba a cambiar su forma de pensar, esa forma de pensar tan igual a la de todos. Han sido amigos de todo el mundo hasta que han comenzado a dejado de pensar un poco, comenzando a pensar como la mayoría, y así haciéndose amigos de la mayoría, y apartándose de nosotros, esos extraños.
Otros, puede que hayamos comenzado a vivir hace muy poco. Nos hemos refugiado del mundo y de su pensamiento igualitario, e incluso más de uno aún sigue refugiado de él. Aunque nos hayan insultado en el instituto, pegado, ridiculizado, hemos sido fuertes, hemos crecido como adultos, nos hemos creido superiores ante los anteriores, ya que cualquier persona que no respete la forma de ser o de pensar de alguien debería de ser considerado como inferior, al menos en mi humilde opinión.
Hemos salido a la luz y no nos hemos quemado la piel, porque nos la suda todos los rayos ultravioleta que desprende el ego de la gente, por mucho que nos hayan intentado quemar más de una vez.
Lo triste es haberte integrado entre una sociedad más digna de un chiste o una antiutopía que de la realidad, y conocer a personas que se hayan quedado en el camino, tapadas por un fino hilo marginal que los separa de la realidad. Personas que tienen mucho más valor que la mayoría de gente que puedas encontrarte por el camino, pero no se atrevan a dar el último paso de gigante y que, aunque te hayas dedicado a ayudarlas de toda forma posible, se hayan quedado atrás y te hayan dejado aparte, aún sabiendo que eres tú la única forma de romper esa tela fina, porque total, mejor se está tapado cuando vives con un corazón frío como un témpano de hielo.
Y me jode mucho, debe de ser la misma sensación que tiene un profesor cuando no consigue hacer aprobar a un alumno, viendo que no se esfuerza y pasa de todo. Porque aunque parezca que les da igual, seguro que por dentro les debe de saber muy mal.

Sonará a tópico, pero la verdad es que lo mejor es tomarse la vida con humor. Cuando alguien te critique, simplemente no pienses en la crítica, piensa en todos los defectos que tiene en su cara y díselos, pero de buen rollo, no sea que se enfade.

Si no fuese por el humor y por mi sentimiento de melasudismo a la gente que no se merece mi atención, seguramente yo también sería aún uno de esos otros, que siguen detrás de una fina tela, ocultos de todo lo que les pueda dañar.

Salid de vuestra caverna, no será todo tan bonito como ella, pero al menos tendréis algo de lo que reiros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario