Créeme, cuchara. No siempre tendrás una mano salida del cielo que te ayude a volver a la superficie. Algún día serás tú sola la que tenga que ver que, cuantos más cereales te hayas quitado de encima, más pronto te acabarás hundiendo. Aunque lo más seguro, es que esos cereales ya haga tiempo que los hayan digerido, y no vuelvan a poder aguantar tu peso. Tal vez, ni quieran.
Tendrás que aprender a no hundirte en la leche, a volver a la superficie, e incluso tendrás que aprender a flotar sobre ella. Tendrás que saber vivir sin nada más que las sobras que te rodean.
Tendrás que saber que si no flotas, te hundes, y si te hundes, vivirás ahogada.
Ahogada, por no haber sabido apreciar a esa mano que te ayudaba a levantarte cada vez que te hundías.
Una merienda puede representar la metáfora de una vida.
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