domingo, 9 de septiembre de 2012

Si pudiese volar...

Llego a casa. Un día más. ¿Solo un día más? No.
La demencia se apodera de mi mente, mientras mi mente solo quiere apoderarse del mundo.
Me dejo llevar por cada acorde, muevo la cabeza y la hago estallar contra el aire. Sigo moviéndome, acelero, canto, grito... Siento que voy a explotar en euforia.

Me dejo llevar. No, no es la cerveza, no. Cada día está siendo más intenso que el anterior... Lo noto, y me encanta. Y sigo dejándome llevar, o al menos lo intento.

Pero no, esa euforia no me da alas. Esa euforia la estoy derrochando sentado en esta silla.
Esta puta euforia no va a hacer que duerma acompañado, y es que hoy, lo único que quiero es dedicar un poco de cariño. Y quien dice hoy, quiere decir toda la puta vida. Decir un poco es poco, hablando de forma redundante. Esta estúpida euforia no sé por qué motivo me ha llevado a casa, cuando hay cosas mucho más interesantes fuera de esta pantalla.

Lo mejor es que ya no, no me desmotivo. Este torrente de emociones está guardado en un pozo muy, muy prolongado, dispuesto a ser liberado en el momento que lo necesite. Este flujo infinito de sentimientos positivos, que no sé ya si me hacen feliz o me provocan aún más ansiedad de la que tengo, y me destrozan por dentro, pero... Me da igual, ya que son positivos. La ansiedad solo la provoca el miedo a liberarme.

Y aquí sigo, descansando en una silla, al lado de una cama, otra vez vacía. Y hoy es una noche perfecta para morir abrazado mediante caricias letales. Una noche perfecta para dejarse matar a base de amor.
Una noche perfecta, de tantas.
Una noche perfecta, de tantas... Malgastada.

Y aquí sigo, en mi incómoda y sucia silla, esperando a delirar, solo para encontrarme con alguien a quien ofrecerle las buenas noches. En esta habitación, con más aire que carne, con más luz que oscuridad...
Con más suspiros que besos.
Con más ropa que piel.
Con las uñas más mordidas que los labios.

Pero no decaigo, no. Me lo guardo. Esta noche y todas las que llevo pasadas durmiendo con los pies helados me las guardo.

Solo dime hazlo, y desbordaré todo lo que quieras que me desborde.

Si me dejase llevar, no estaría ansioso hasta la maldita saciedad.

Quítame el miedo y lo que surja.




[Edición] Añadiré la guinda a este pastel. Esta canción habla de la misma forma que si fuese mi corazón el que lo hiciese.


*bang*

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